En la década de los años 60 existía el Comité Nacional de Deportes que tenía poco personal y poco presupuesto, presidido por Javier Aramburú Menchaca, más conocido como “Boca de Playa”. Pese a sus limitaciones se convirtió en un organismo motor del deporte. Se le recuerda a don Javier, personaje locuaz y desbocado, por su centellante aparición en la Bombonera cuando saltó a la cancha para felicitar al equipo peruano por la clasificación al Mundial Méjico 70.
Tiempo después y bajo el régimen militar el CND fue jubilado y de pronto emergió el Instituto Nacional de Recreación, Educación Física y Deportes, INRED, nombrando el sector Educación a otro proactivo como Guillermo Toro Lira quien se había distinguido por su gestión en el básket nacional, como jugador y dirigente.
Por ese cargo también anduvo otro apreciado ciudadano. Nos referimos a Luciano Cúneo quien trató de organizar los Juegos Bolivarianos en Lima el año 81, pero factores económicos cortaron su sueño. Cúneo muy identificado con el club Defensor Lima había sido presidente de la Federación Peruana de Fútbol.
Y desde el retorno a los gobiernos democráticos con Belaunde Terry el INRED pasó al olvido y se creó el Instituto Nacional del Deporte (1980) con el chinchano Víctor Nagaro, quien había hecho nacer la Copa Perú. El IPD subsiste hasta la fecha y tiene como jefe hoy a Sebastián Suito luego de una treintena de jefaturas de todo color.
Fuente : Oficina de Imagen Institucional y Protocolo
26 de septiembre de 2019