#OPINIÓN // ADIÓS MAESTRO

El maestro Man Bok Park, acaso, indispensable e irremplazable en el desarrollo y crecimiento exponencial del vóley femenino peruano. En esta hora de su sensible desaparición es momento de recordar que el técnico coreano llegado al país en 1974, transformó el vóley para llegar a su punto más alto, en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988.

No hay forma de refutar esta verdad porque Manbo al pisar tierra peruana, pese al desconocimiento pleno del castellano, con inteligencia y sagacidad fue corrigiendo errores en las  jugadoras que recibió, imponiendo disciplina y respeto, para  formar nuevas promociones y conseguir sucesivas coronas en el área continental, llevando muy en alto el vóley nacional en el mundo.

Pocos creían, por ejemplo, en la selección  juvenil cuando la delegación viajó al Mundial de Méjico en 1981. La tocó jugar la serie eliminatoria en Monterrey enfrentando a Unión Soviética, China y Puerto Rico. Ganó limpiamente a los tres rivales y pasó a semifinales y finales perdiendo el título con Corea del Sur.

Ese equipo fue el punto de partida para el año siguiente alcanzar en Lima, el segundo lugar en el Mundial de Mayores y luego en 1986 quedar terceros en la cita de Checoslovaquia, confirmando que el trabajo de Manbo y su comando técnico ya rendían frutos nunca antes vistos en el vóley peruano.

Afincado en el Perú desde su llegada, aprendió nuestro idioma con los dictados de Jorge Sato, entrenador de selecciones de menores, quien por sus raíces orientales ya había tenido cercanía con Akira Kato para luego trabajar codo a codo con Man Bo Park.

Con un ojo fantástico la dirigencia de aquel entonces con José Pezet Miróquesada, Hans Frick y Enrique Castañeda en la conducción federativa apostó por el coreano tomando en cuenta sus antecedentes y el alto nivel del vóley en esa nación asiática.

Todo lo que se diga respecto de la trascendencia del técnico coreano es poco. Basta revisar que ha pasado y que está pasando con el vóley luego que se buscaran relevos. No hemos tenido ningún resultado que se parezca a aquellos que nos dejaba cada torneo cuando Park encabezaba el trabajo sostenido.

La Federación Peruana de Vóley a la fecha ha intentado con diversas escuelas, la misma coreana, con entrenadores europeos, japoneses, brasileños, cubanos. No hemos tenido mayores aciertos y más bien hoy estamos muy lejos de aquellas horas de júbilo que logramos en el pasado.

Por eso el mejor homenaje a tan querido personaje no se hace esperar. Fue entrenador, técnico y padre para muchísimas chicas.  Su profesionalismo lo llevó a ser indispensable. No tendrá jamás reemplazo. Gracias Manbo por habernos dado tantas alegrías.



Fuente : Oficina de Imagen Institucional y Protocolo



30 de septiembre de 2019